La manzanilla, conocida científicamente como Matricaria chamomilla o Matricaria recutita, es una planta herbácea perteneciente a la familia de las Asteráceas.
Variedades de Manzanilla:
Aunque existen diferentes variedades, las dos principales son:
- Manzanilla común o alemana (Matricaria chamomilla): Es la más utilizada con fines medicinales.
- Manzanilla romana (Chamaemelum nobile): También se utiliza, aunque en menor medida.
Usos Tradicionales y Beneficios para la Salud:
La manzanilla se ha utilizado tradicionalmente para aliviar una amplia variedad de dolencias. Sus principales beneficios se atribuyen a sus compuestos activos, como los flavonoides (especialmente la apigenina), los aceites esenciales y los cumarinos. Entre sus propiedades destacan:
- Relajante y ansiolítico: La manzanilla es conocida por sus efectos calmantes sobre el sistema nervioso. Puede ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y el insomnio, favoreciendo un sueño reparador.
- Digestiva: Facilita la digestión, alivia los espasmos estomacales, los gases, la indigestión y las náuseas. Es útil en casos de cólicos infantiles.
- Antiinflamatoria: Posee propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la inflamación en diversas partes del cuerpo.
- Antioxidante: Contiene antioxidantes que protegen las células del daño causado por los radicales libres.
- Cicatrizante: Se utiliza tópicamente para ayudar a cicatrizar heridas leves, quemaduras y eczemas.
- Alivio de molestias menstruales: Puede ayudar a reducir los cólicos menstruales y otros síntomas asociados al periodo.
- Salud ocular: Las infusiones de manzanilla se han utilizado tradicionalmente para lavar los ojos y aliviar la irritación ocular leve.
Formas de Consumo:
La manzanilla se puede consumir de diversas formas:
- Infusión: Es la forma más común. Se preparan vertiendo agua caliente sobre las flores secas y dejándolas reposar durante unos minutos.
- Extracto líquido: Se puede añadir a bebidas o tomar directamente.
- Aceite esencial: Se utiliza para aromaterapia, masajes y baños.
- Cremas y lociones: Para uso tópico en la piel.
Precauciones:
- Alergias: Algunas personas pueden ser alérgicas a la manzanilla, especialmente aquellas con alergia a otras plantas de la familia de las Asteráceas, como la ambrosía, los crisantemos o las margaritas.
- Interacciones medicamentosas: La manzanilla podría interactuar con ciertos medicamentos, como los anticoagulantes (warfarina). Si tomas medicamentos de forma regular, consulta con tu médico antes de consumir grandes cantidades de manzanilla.
- Embarazo y lactancia: Aunque generalmente se considera segura en cantidades moderadas durante el embarazo y la lactancia, es recomendable consultar con un médico antes de consumirla en grandes cantidades.
- Uso tópico: Antes de aplicar productos con manzanilla en la piel, realiza una prueba en una pequeña zona para descartar reacciones alérgicas.
Cómo elegir y conservar la manzanilla:
- Flores secas: Busca flores enteras o ligeramente trituradas, de color amarillo dorado y con un aroma dulce y característico. Evita aquellas que estén descoloridas o tengan un olor rancio.
- Bolsitas de té: Elige marcas de confianza y verifica la fecha de caducidad.
- Conservación: Guarda la manzanilla en un recipiente hermético en un lugar fresco, seco y oscuro.
En resumen, la manzanilla es una planta con múltiples propiedades beneficiosas para la salud. Su consumo moderado y adecuado puede ser un valioso aliado para el bienestar general.